Publicamos la novela Ella es Laura de Marco Chu en 2016, para celebrar su cuarto aniversario lanzamos en 2020 su segunda edición, corregida. En este libro el autor nos presenta a Laura, una estudiante de psicología, a su gato Roberto, su problema con las drogas y sus amigos… Compartimos un fragmento del mismo sobre la definición de relación amorosa.

>>>Adquiere este y otros títulos de la editorial: aquí.

Ella es Laura

MARCO CHU

Capítulo
Silvia y Miguel
(fragmento)

     Toda relación amorosa se basa en cierta manifestación psicopatológica llamada amor. El enamoramiento es equivalente a un brote psicótico donde la admiración es una serie de distorsiones de la percepción, por no decir una serie de delirios. Los celos, que son una viva manifestación del amor, resultan una manifestación prepsicótica paranoide. El palpitar acelerado de un corazón romántico y aventurero nos da razones para un diagnóstico de personalidad límite con sus parodias y cursilerías de Romeo. Las investigaciones afirman que el amor es un ente o una variable incapaz de ser medida. Mientras que los psiquiatras dirán, burlándose, que el amor podría ser la base o la etiología del más leve de los trastornos mentales. Que alguien me diga quién tiene razón.

     Planteo la siguiente ecuación:
     Patología 1 + Patología 2 = Amor.

    A pesar de no encontrarme en las adecuadas condiciones para definir la condición llamada amor, no pretendo condenarlo etiquetándolo de psicosis o reducirlo a mera actividad fisiológica y placentera.

     A veces la ciencia de la salud mental puede sonar satírica con su concepto de amor en base a criterios diagnósticos, rasgos, patrones de conducta o estructuras de la personalidad. O bien podrían aceptar ese cuento de las escondidas. Aquel juego que se le ocurrió a la locura donde participan otros entes como la esperanza, el talento, la verdad, la mentira y demás personajes que te enseñan en las clases de educación cívica en primaria y que de hacerlo en secundaria o educación superior sería vergonzoso. Por último, el amor, a quien inteligentemente se le ocurre esconderse detrás de una rosa. Si el amor es algo abstracto, ¿cómo es que se revienta los ojos con las espinas de las rosas, quedando ciego de por vida? Y lo que era un juego divertido, algo lindo y sano se convierte en tragedia. En compensación de los daños irreparables, la locura se vuelve lazarillo del amor. Se supone que la moraleja es que el amor es ciego y siempre viene acompañado de la locura.

*

Marco Chu (Chimbote, 1984). Licenciado en Psicología clínica-laboral, con especialización en Recursos Humanos, Coaching y Psicoterapia Cognitiva Conductual por la Universidad Ricardo Palma y el Instituto de Terapia Conductual Cognitiva – INTERCOG.